¿Qué
dolerá más? ¿El no ser amado o no ser extrañado? ambas tienen su matiz
directo al sentimiento que pueda tener una persona, se podría extrañar sin
amar, pero difícilmente se puede amar sin extrañar. Lo de extrañar sin
amar, va en la costumbre, en determinada rutina, que al acabarse deja un halo
de nostalgia, que muchas personas confunden con querer volver a amar a esa
persona, cuando es lo más lejano de la realidad.
Ambas
situaciones causan sentimientos de infelicidad, desesperación, agonía y sentir
que la propia vida se va de las manos. Lo anterior no solo aplicaría a una
relación amorosa, sino también al amplio espectro de las relaciones humanas,
así que depende del punto de vista de cada quien cómo se asume el interrogante.
Es importante asumir que el dejar de ser amado o extrañado, implica no ser más
ese otro para esa persona, se pasa a un estado inferior de importancia, por
decirlo en palabras más directas y sin anestesia moral alguna.
Cuando no
se extraña, suceden un sinnúmero de situaciones y de pensamientos,
los cuales van desde asumir una indiferencia hacia esa persona, hasta
simplemente asumir que ya no hace falta en la vida, que incluso da lo mismo
verla viva o muerta. Es algo complicado, y como seres humanos luchamos por no
ser olvidados, pero viéndolo desde este punto de vista, la real
muerte sería el no ser extrañado por nadie. El olvido es otra forma de muerte,
pero el olvido iría desvaneciéndose, que puede cambiarse por algún
extraño azar en una esperanza, pero el no extrañar implica que, ni regresando
esa persona, nada cambiaría y el sentimiento es el mismo.
El dejar
de ser amado implica que ya esa persona no se descubre en ti, siente que, tal
vez, eso que alguna vez sintió desapareció lentamente, que las señales no
advirtieron lo suficiente y simplemente todo acaba. Sin embargo, esa persona
amada puede hacer falta en ciertos momentos, incluso para reír mientras se
habla de recuerdos graciosos. El dejar de ser extrañado, sería una real condena
al ostracismo emocional de una persona, ya no basta nada, se llega a una
indiferencia, que dichos sentimientos desaparecen, ya esa sonrisa te da igual,
esas palabras que solo esa persona te puede decir se sienten vacías. Y
lentamente te das cuenta que solo fue algo pasajero, que ya nada será igual, no
porque no quieras, sino porque ya no sientes.
Los
sentimientos humanos suelen ser complejos, aunque en ocasiones suelen ser muy
predecibles, pero en esa mínima probabilidad sorpresa se puede ver
algo de sentido en la vida, en que ciertas situaciones que se creen inamovibles
son susceptibles de cambiar. ¿A dónde fue a parar esa sensación vitalista
en los ojos de esa persona? de sentirlos por un momento indispensables para la
vida, que el agua, el viento, más que la sangre misma.
Ahora el
asunto termina en interrogantes ¿Qué pasa cuando se deja de extrañar?...
¿Recobramos nuestra vida? ¿Perdemos a ese ser amado? o simplemente ya somos
incapaces de sentir, por ese ser que nos confió su vida en función de
nuestros sentimientos entregados en un pasado que se suponía siempre iba a
durar para toda la vida.
3 comentarios:
Excelente publicación!
Me agradó..que manera de reflexionar sobre este tema!... Esa sensación de saberse - no extrañado - por quien alguna vez nosotros fuimos importantes, es abrumadora y dolorosa...Pero el extrañar a esa persona que también fue importante y llenaba nuestro ser en algún momento de nuestras vidas..es un tormento igual de doloroso. Sensación puede durar mucho tiempo, si no nos ocupamos en otros asuntos que nos interesan...Solo hay que recordar que fue lo que nos hizo dar el paso de creer que era mejor no seguir con esa relación a continuar en ella y de cualquier modo seguir sufriendo...y aferrarse a esa idea...para intentar salir a adelante.
Yo amo pero no extraño, no es imposible
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