No puede ser que con lo mismo que
escriba en twitter diga que no tengo tiempo para el blog. Seré un cabrón si
digo eso. Sé que en una vieja entrada dije que twitter era para quienes no querían
escribir tanto, no entendía eso de los 140 caracteres, pero hoy en día no es
tan así.
Bueno, procedo a tocar varios
puntos que no tienen relación entre sí en cada párrafo.
La envidia. Aquella que ahora
todos creen que le tienen solo porque los critican, les señalan cosas o
simplemente no le agradan a otro. ¿Quién les dijo que los envidian? ¿Acaso todo el colegio no andaba pendiente del bobo
del colegio esperando a burlarse de él? ¿Le tenían envidia acaso? ¿Querían ser
como él? No señores, sean serios. ¿Creen que alguien te envidia ser hincha de
un club o fan de un cantante? Peor aún ¿Crees que alguien te envidia por tener
una cuenta de twitter o en cualquier red social? No seamos idiotas, señores.
Digan que les tengan envidia cuando sean elegidos ejecutivos en una multinacional,
que nunca se enfermaran o que nunca van a morirse. Pero no se crea el ombligo
del mundo, deje de creer que lo envidian solo porque en ocasiones no hacen más
que sacar a relucir su rimbombante estupidez.
Libre expresión. #JeSuisCharlie y
no sé cuántas cosas más. Pero la socialbacaneria colombiana no resiste la libre
expresión de personas, que igual me parecen nefastas pero con derecho a
expresarse, como María Fernanda Cabal cuando muestra a los niños muertos;
Fernando Londoño cuando lanza vivas a favor de Uribe en su programa radial. ¡Pero
claro! Salir a defender lo que nos parece es mejor que hacerlo con lo que no
nos parece. Cuando murió García Márquez, MaFe Cabal mandó al infierno al mismo
y muchos saltaron, tachándola de irrespetuosa, que se había pasado, pero ¿Las
caricaturas de Charlie Hedbo qué? Es algo selectivo, es quedar como
políticamente correcto y lo más nefasto de todo: esa tragedia injustificable le
sirve ahora a periodistas mediocres y vendidos para blindarse de las críticas.
La paz. Desde que la guerrilla de
las Farc anunció el cese al fuego unilateral, los defensores de los diálogos nos
demostraban lo que era vivir en paz, que disfrutáramos de esos días en que íbamos
a conocer la PAZ VERDADERA y lo que se vendría después del conflicto. Sí, no se
oyen tomas a pueblos, pescas milagrosas y ataques a la población civil. Pero
siguen campantes: extorsiones, sicariato, corrupción, el sistema de salud cada
vez peor. Y ocurre una tautología muy extraña, cuando la salida militar se
mostraba como salida, se decía que el ÚNICO problema del país no eran las Farc
y la paz no dependía de eso. Ahora que ven a las Farc sentadas, diciendo que su
cese al fuego era empezar a ver el país en paz sin tener en cuenta las otras
variables. ¿Por qué tan acomodados? ¿Por qué se agarran hasta de un papel
untado con mantequilla? Sean serios.
Cinderella – Coming home.
Bon Jovi – Runaway.
1 comentario:
Por favor sigue escribiendo...
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