jueves, 28 de febrero de 2008

Tal vez


Esa Imagen Me Hace Agua La Boca

Tal vez la noche se asoma aun estando brillando el sol en el corazón, y esa noche presagia muchas cosas, saca los miedos a flote y vuelve al espectro humano en una frágil capa de cristal susceptible a partirse con el leve pasar de la brisa. De la misma manera que pueden pasar muchas cosas, de aquellas que suceden donde no tiene lugar, de aquellos lugares sin hechos, sin historias para contar, donde la imaginación vuela de manera desaforada buscándose dar pasos en un mar de incertidumbres creadas por las confusiones y las mismas elecciones de la vida. Donde precisamente las cosas se dejan tiradas y después se vuelve afanosamente a buscarlas, como si estas tuvieran la paciencia de esperar de la misma manera en que se tuvo la desidia de dejarlas tiradas y nunca mas saber de ellas.

Tal vez el día pasa inadvertido por estar bajo las sombras de la confusión, y ese mismo día es el que creamos a partir de lo suponemos como justo o ideal, vagas ideas que pasan en el alma, como ella misma, se pasa de un estado a otro sin pensarlo, sin quererlo, pero siempre deseándolo, ese deseo que se escapa de nuestra propia realidad y nos hace delirar y formar nuestro propio mundo interior, aquel mundo donde restringimos la entrada a nuevas fantasías y formas de ser o estar en el mundo. Aquella coraza de ilusión matizada con los colores vacuos de la mente, esa fortaleza de recuerdos y deseos que se entrelazan entre sí formando unos barrotes agridulces de una prisión de la cual nunca se quiere escapar, porque el carcelero de esa prisión somos precisamente nosotros mismos en nuestro afán de conservar aquella esencia que nos hace diferenciarnos de los demás y ser, o al menos suponer, que no somos como los demás quieren que nosotros seamos.

Tal vez el tiempo no sea suficiente para estar pendiente de los latidos del corazón, latidos que solo marcan el cronometro hacia el destino final de nosotros mismos, parece mas apacible estar pendientes de cada imagen que se nos pasa por la mente, de ese mundo donde podemos poner de protagonistas a quienes queramos, sin censura, sin frustraciones y sin ningún pudor desnudar cada fibra del pensamiento y de esa creación fantasiosa que nos hace sentir realmente vivos dentro de nosotros mismos. De las canciones que poseemos en nuestras mentes y hacerlas sonar cada vez que sintamos el insoportable peso de la compañía, de esa encrucijada entre ese otro desconocido, de ese otro universo igual que el nuestro y que se compone de una misma constelación de recuerdos, deseos y celdas, de ese complejo asunto del conocerse así mismos en función de las otras personas.

Tal vez el tiempo ya no sirve en los recuerdos, los vuelve inertes ante los sentimientos, le son indiferentes, pasan sin dejar huella, o más bien no permitimos que quede impresa en el suelo repetido del camino de los recuerdos. Lo que ayer se sentía terrible, hoy no se sabe del por qué se sintió así, y de esa manera se sigue recordando imágenes frías y carentes de sentido en nuestras mentes. De esas canciones que no existieron, que no marcaron nada, que solo son testigos inútiles de todo el transcurrir del tiempo en nuestro propio espacio.


Llegué tarde a la clase, veo una casa en ruinas y una amiga esperándome, presté la cámara sin saberlo, llego al salón y veo a Sonya Smith y la observo detenidamente, ¡vaya y es pecosa!, tiene una voz dulce y me llama por mi nombre en el pasillo. La veo con un vestido negro y su cabello al aire, repito dentro de mi que es una mujer extremadamente hermosa, casi perfecta dije en ese momento. A medida que sopla la brisa se le ven mas pecas sobre su piel de porcelana matizada con nicotina, a eso olía, que hizo desear cada vez mas ese humo, que se vuelve en un elixir fantasioso y que provocaba fumarle cada peca de su espalda…………………!Suficiente!.


Cosas Sueltas

Ya estoy preparando la segunda parte del anterior post.

Bendito insomnio, fuente inagotable de ideas.

La otra semana me daré un banquete académico que va a estar genial.

Hace nueve años….ya no más.

El último párrafo fue del último sueño que tuve.

Too Much Information!

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