viernes, 12 de agosto de 2011

Vinohiel


Era la décima colilla de cigarro que se desprendía de su boca…estaba tímido, pesaroso y con una sensación de vacío interno que buscaba remediarla en la boca de su amada, pero no le bastaba…su amada estaba estéril en la cama, ni su sensual lencería negra puesta sobre sus tibias y tiernas rodillas rosadas le generaba el placer de antaño, de aquel niño en la escuela buscando descubrir aquello que le era vedado en su casa…se sentía un niño en el cuerpo de un adulto, ¿Transcronologia? ¿Acaso su cronología mental no correspondía a su cronología física?...cuentos baratos, el sabía que ni aquella rubia de ojos azules le despertaba algo, aun sabiendo el, que sus ojos eran lentes de contacto….triste en su vida.


Otra aspirada mas de cocaína, ya su nariz no sentía ese adormecimiento que se dirigía a su cerebro, viaja expedita aquella sustancia blanca, era la luz de sus tinieblas…pero ahora era más tenebrosa aún ¿Qué le pasaba? Ya ni la música de The Who lo sacaba de su letargo, su amada se levanta de la cama, desnuda haciendo ruido con sus zapatos de tacón de charol, se dirige al baño, lentamente, sin que el se diera cuenta, ya no era suficiente la cocaína, sino el pensar que podría hacer que con ella….con esa mujer, de repente quería matarla, ver su sangre correr por sus pupilas, cortarle el ojo al estilo de Buñuel….de repente quería amarla, hacerle estremecer cada centímetro cuadrado de su pálida piel, verle sus pupilas crecer al ritmo de un sexo desenfrenado, donde poco importaba el orgasmo….nada importaba realmente para el.


La sigue hasta el baño, mientras ella vomitaba en el lavamanos, la inclinación de su espalda dejaba ver un ángulo preciso para el acto, pero buscaba mas una razón para lastimarla que para hacerla gozar….parecía excitarle el olor a bilis que salía de la boca de su amante, quería besarla, beber de su bilis, quería sentir que ese amargo en su garganta le hiciera sentir eso que ya no sentía…ella lo mira...


- ¿Acaso quieres que te de un poco, idiota?

- Sólo quiero decirte que me dan ganas de cortarte los ojos...

- ¡Ven córtamelos, para dejar de ver tu puta cara sobre mi!

- Termina de vomitar, que te espero en la cama, hoy será la ultima vez, te lo prometo.


Presurosa sale del baño, se retoca sus labios con un labial desvencijado que ahorraba mucho por ser un Chanel, dejando sus labios relucientes de rojo que hacían juego con una saliva que aún era bilis. Llega el, se le acerca, solo toca su cuerpo, siente la curvatura de sus caderas, de sus glúteos aún firmes y blancos, se le erizaba la piel..de repente recordaba, sentía de nuevo aquellas canciones que de niño siempre quiso dedicarle a ella, a esa mujer que por momentos le robaba el sueño, que lo hacia sentirse seguro en su vientre ¡Hastío de la vida! Seguía besándola, mientras lentamente le susurraba un “te amo”, que no era mas una autocomplacencia, se sentía bien diciéndolo mas que sintiéndolo, era su juego, al cual ella no se resistía, porque le sentaba mejor oírlo que sentirlo….como dos ciegos bajo las sabanas de su desesperación.


Ahora junto a la bilis, se le unía sus lágrimas, lloraban como niños desesperados esperando a mamá, como aquellos niños miedosos…ahora los adultos viciosos sentían esa necesidad de paz interior que solo la finitud podía darles. ¡Sí!. La tan anhelada muerte se asomaba y razones les bastaban más para estar muertos que vivos, sentían la pesadez de la vida, esa carga que les impusieron, querían matarse el uno al otro mientras se besaban y que el orgasmo fuera ese disparo en la sien que tanto deseaban y morir fundidos entre sus brazos…..solo era el éxtasis de la agonía.

No hay comentarios: