Esfumado el recuerdo de lo que una vez pudo ser.
Espera de una pesadilla que hiciera despertar.
De un plácido dormir en medio del silencio.
Pendiente de una mirada presta para matar.
Vives donde murió la realidad.
En medio de una fantasía de abril.
Ahora solo tengo para olvidar.
La agonía de mi estado febril.
Y en el humo del callejón.
En las colillas de cigarro, bajo la luz de la luna.
Oscura silueta en una pared graffitada.
Sintiendo el vacío de tus manos heladas.
Diciendo un hasta luego que durará hasta mi muerte.
Ya en el final, imagino tu boca dejándome.
Tu cuerpo apartándose.
Mi alma muriéndose.
Reposando siempre en el recuerdo.
De unos ojos que son las velas de un ataúd.
Donde yace un cuerpo, ya sin luz.
Pidiendo solo descansar.
Queriendo solo ser olvidado.
Y ser perdonado en el tiempo eterno.
De la espera que tuve por ti.
Sabiendo que siempre te perdí.
Cierro.
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