miércoles, 28 de mayo de 2008

Charlando Con Bernal.



Bernal parece tener más de 60 años, al menos eso me demuestra su caminar y aspecto físico, es delgado, de tez blanca, ojos azules y con unas cuantas piezas dentales de menos. A Bernal lo conocí, o vi por primera vez, hace un poco más de tres años cuando me devolvía a la casa después de la Universidad. Esa vez se me sentó al lado y empezó.

- Mono, ¿Usted que estudia?

- Psicología.

- Has leído sobre Rubén Ardila?

- Como no, es uno de los precursores de la psicología en Colombia.

- Y a David Cooper?

- Claro, uno de los exponentes de la antipsiquiatria de los años 60’s y 70’s.

- ¿Qué libro conoces de Cooper?

- El Lenguaje De La Locura, sobre la manera de concebir la enfermedad mental a partir del análisis de la sociedad y demás instituciones legitimadas.

- Si, David Cooper decía que la enfermedad mental no existía.

- Si, lo mismo pensaba Laing, de hecho los dos son de la misma corriente.

Al bajarme del bus, no pensé que en tan poco tiempo había hablado de la carrera con alguien que aparentaba no tener dicha clase de conocimientos. Estupidos prejuicios del ser humano. Ese día pensé por un momento en Bernal, así se presentó, y realmente las pocas palabras que cruzamos me sorprendieron. Varias razones. Los autores que el menciona no son muy comunes dentro de los planes de estudios de las facultades de psicología, es el conocimiento peligroso y maldito según algunos, y realmente en la facultad donde yo estuve solo mencionaron a Laing con una lectura la cual no fue evaluada de la manera que se merecía. También me di cuenta que por primera vez, incluso estando en décimo semestre, había hablado con alguien fuera de la universidad, y en un bus, sobre aquella revolución que tuvo la psicología y la psiquiatría. Sanatorios cerrados en Italia, tratamientos dentro del mismo hogar, entre muchas cosas que antes no eran comunes dentro de las ciencias de la salud mental. Consecuentemente pensé que probablemente Bernal sabía más de psicología que muchos compañeros míos, que algunos profesores, y obviamente más que yo, lo que me hizo volver a pensar en aquella libertad de conocimiento, que el conocimiento no le pertenece a nadie y que nadie pertenece a algo por poseer diversa clase de conocimiento.

Esa no seria la primera vez que hablaría con Bernal, pasó algún tiempo, no recuerdo que tanto, no más de un año creo, cuando volví a verlo cerca de la Universidad. Me saludó efusivamente.

- Mi compañero el psicólogo.

- Quiubo Bernal, como ha pasado?

- Ah, recuerda mi apellido después de habernos visto solo una vez-

- Si, tiendo a retener los nombres con facilidad.

- No me equivocaba al pensar que eras un man bien pilo, se te nota en la cara, y ¿Cómo vamos con Freud?

- Bien, muy bien (en ese entonces iba por mi segunda lectura del porvenir de una ilusión).

- Sabes, a veces me pongo a pensar en la gente de la calle, de cómo algunas personas los tratan tan mal….ellos solo son el reflejo de lo que la gente quiere ver para no sentirse tan mal de su suerte.

…………………………….. ¡Vaya!, primera vez que escucho a alguien decir algo tan cierto sobre la función social que cumplen los llamados “desechables”

- Si, viejo Bernal, así son las cosas, al entrar en un sistema que los crea, después el mismo los rechaza a manera de no sentirse tan culpable.

- Carajo pelaito, quien lo ve a usted con cara de engreído y me entiende mas que cualquier hijueputa prepotente con corbata.

- Así es viejo Bernal, las apariencias engañan.

- El pensamiento platónico……………………………..

Esa charla duró cerca de media hora, de pie en un paradero de bus, entre Platón, Berkeley, Popper (el filosofo), hasta culminar con Feyerabend (el anarquista del método científico) ¡Caramba, solo con mi maestro de ética tenia charlas de ese calibre!, a pesar que Bernal jamás me ha pedido un centavo, ese día quise darle dinero para que se tomara algo, francamente me había dado una verdadera cátedra espontánea sobre la filosofía de la ciencia y la forma en que el ser humano llegaba a comprender las cosas que sabia, pero que siempre se va a quedar corto ante la inmensidad del cosmos.

¿Qué pasó en la vida de Bernal?, ¿Por qué una persona con esa clase de conocimientos los expresa con tanta facilidad?, quien sabe, tal vez unas elecciones inadecuadas para su vida lo hayan condenado a un mortal anonimato que lo hacia ser un caminante mas de la calle. Alguien que, si la vida fuera justa, debería ser profesor de alguna universidad o un profesional con cierto reconocimiento. No es que se haya leído solo dos libros que se haya aprendido de memoria, es la forma en que habla, en que conecta las ideas unas con otras, es ahí donde uno se da cuenta si una persona realmente sabe algo o simplemente repite cosas que otros han dicho. Precisamente hoy lo volví a ver, en el intermedio de unas amargas bocanadas de cigarrillo, solo hablamos poco, ya era de noche y se le veía cierto afán en su rostro. Me pregunto que era lo que mas me gustaba de la psicología, yo respondo que la psicoterapia, a lo que me dijo con cierto brillo en los ojos –Prepárese, absorba toda la cultura que pueda, recuerde que en ese momento usted es lo único que el paciente tiene en la vida, y hasta podría morir por tu culpa.

Nada mas cierto que eso, cuando nos enseñan, a la psicología estúdiese donde se estudie porque me consta, es a encajar a una persona dentro de una falsa normatividad de cordura estadística derivada de organismos de control y poder de la conducta humana, ¡Que humanidad la de Bernal!, si bien ya lo sabía, no es común que una persona, así sea profesional, tenga un sentido de la enorme responsabilidad que es llevar a cuestas un titulo, lo que realmente tiene de fondo el carácter detrás de un inerte pedazo de cartón, es la certificación de que es experto en una área de conocimiento, de que se puede marcar la diferencia en la producción de conocimiento, cambiar las cosas y no quedarse en la repetición de letra muerta, que sigue estando muerta porque no se le aplica el sentido necesario de su aprendizaje y sacrificio.


Cosas Sueltas.

Ya era hora de postear.

Primera vez que hablo de mi carrera en el blog, espero no volver a hacerlo de nuevo.

Era tiempo de buscar nuevas ideas, nuevas cosas, y repetir algunas con leves modificaciones-

Ahora, a tratar de mantener el ritmo.

Veo que el contador de visitas seguía andando, me hace agradecer a quienes entren acá a leer las cosas que escribo…no se preocupe, mire que hoy encontró algo nuevo.

Me hacia falta escribir, lo que se llama escribir, en libertad y no bajo responsabilidades de otro tipo.

6 comentarios:

Galo dijo...

Bienvenido nuevamente don Dynamo. Esta historia es muy interesante, la mayoría de la gente no se da cuenta de las responsabilidades que hay al ejercer una profesión, sobretodo los que estudian porque "esto da plata", porque "en esta carrera no hay matemáticas (u otra materia)", "aquí estudian las viejas más buenas", "es la carrera con las mejores rumbas" o cosas así. Lo más importante de todo es lo que dijiste. El conocimiento no le pertenece a nadie, y uno se da cuenta que un título no es garantía de nada, y hay mucha gente que lo sorprende a uno con su conocimiento y su forma de expresar ideas. Saludos.

Redacción ArtBook dijo...

A mi me gusta mucho tu carrera y la forma como escribes!

Justamente ayer me vi una pelicula MadHouse y pense que ese tipo de carreras que tratan sobre la mente y el comportamiento del ser humano son muy interesantes y que, tienen un grado de peligrosidad y riesgo.

Creo que muy poca gente puede estudiar eso, no solo debe ser por plata sino por el interes y el manejo. En esa pelicula, el director del sanatorio le dice al practicante que olvidara todas esas cosas que leyo, que lo duro era la experiencia y que empezaria a vivir su carrera. Eso es facilmente aplicable a toda carrera.

Y genial encontrarse en la calle gente asi que lo hagan pensar a uno, no? Nos dan cierta oportunidad, no para fanfarronear de nuestros conocimientos, sino para darnos cuenta de que tanto se ha aprendido.

Bienvenido de nuevo al vicio Dynamo!

Anónimo dijo...

En alguna lejana ocasión, aprendí una lección invaluable... uno se hace al estatus de -profesional-, en el primer instante en que uno decide aceptar un reto cognoscitivo, bien sea al firmar el registro de la matrícula en alguna facultad, (si no hay una vocación constituida previamente) en caso de haber tenido que elegir entre muchas ramas del saber, o bien se trata de los rigores de alguna elección desesperada.
Más allá de lo que implica hacerse a la obtención de un título profesional, el reto consta en apreciar los conceptos que faciliten de algún modo la comprensión de ese mundo inabarcable.

K dijo...

Me habia ido sin comentar, pero me quedo con ese pensamiento Platonico.
Las apariencias Siempre Engañan.
besos Muaskssss

Anónimo dijo...

Hola

He visto en tu perfil que te interesa el surrealismo...

puedes hechar un vistazo a http://www.muertosinquietantes.blogspot.com/

literatura neovanguardista

¡coméntame alguna cosilla!

gracias y hasta otra

El nimbo de Caronte y Psique dijo...

Bernal eh.... en cada callejuela agria de nuestra conciencia hay muchos de ellos, siempre tan sanchos y a veces tan altos...