La existencia de algo, puede depender mas de una necesidad interna que de una aparición concreta en físico, puede ser de un sentimiento, una persona, una emoción o simplemente una ilusión. Esas breves ilusiones que hacen soñar con poder vivir algo, son las que en ocasiones dan un poco de tranquilidad a una vida que suele vivir bajo la presión constante de la muerte. Son ciertas noches de insomnio y sonrisas, de soñar repetidamente con esos ojos que por momento llegaron a robar tu atención, de poder imaginar en un encuentro momentáneo con aquel deseo que se encuentra donde no puede haberlo.
Fuiste solamente una ilusión mediana, que por rato parecía eclipsar la falta de inspiración, pero la inspiración siempre estuvo, solo faltaron estrellas de sinceridad en un firmamento de dudas y temores ajenos de mi voluntad. ¿Ahora? solo quedan recuerdos por vivir en la fantasía, lamentos inexistentes, besos que no se dieron, noches que no cesaron y días que no terminaron. Tal vez en un momento de confusión lo imaginaste también, tal vez no contabas que tenias enfrente a alguien dispuesto, a alguien que dibujó con palabras una flor que no has recibido.
¿Ahora? simplemente dejar en el recuerdo lo que no se vivió, que curiosamente es lo que mas nos hace pensar y sentir, porque lo vivido ya queda inscrito para bien o para mal en la historia que se vive con cada paso que se da, en la arena de la vida y el tiempo que suele ser caprichosa en un azar fijo y estático del eterno retorno. Así como la magia de los nuevo apareció bajo un aura de belleza de unos ojos con pupilas dilatadas, puede desaparecer ante un silencio cómplice de tus miedos, de cómo llegaste a ilusionar a una mente que reposaba en la tranquilidad de una nada inspirada en la noche y sus vicios, que son esas compañías que ahora, mas que nunca, se muestran como las necesarias para seguir soportando la carga de la vida y poder alargar la agonía del final.
El duelo de aceptar que una ilusión no va mas, que pesa mas que una realidad repetida en una mirada indiferente y olvidada, que la energía se retorne hacía las infaltables bocanas de felicidad proyectadas en espirales de humo gris que antes te dibujaban, y que ahora son solo un espejo de una soledad tranquila y feliz. Esperando caer, torpemente, en unas palabras como las tuyas, en unos ojos mas bellos, o tal vez no, que los tuyos, en unos sueños pasajeros que volverán a reflejarse en la tranquilidad de una inspiración que de la misma manera te recibe, se prepara desde ese mismo momento, buscando planear la despedida ideal que permita seguir el ritmo de la repetición vitalista cumplir su objetivo.
Moriste en varias noches de silencio, Oportunidad perfecta para dejar de soñar, No sin antes inspirarme palabras, Irradiando una compañía imaginaria, Corazones ciegos por la luz de la ilusión, Acabando en un adiós sin despedidas y sin haber sido compañía.
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