Caminé, me fui y volví.
Me quedé, no fui, regresé.
Te pensé, te sentí, te retuve.
No te olvido, te recuerdo, te
anhelo.
La brisa mueve aquello lo que la
emoción no quiere.
Sentimiento de las estrellas, que
conforman un tejido.
Brillantes, opacada por las
nubes.
Robándole al viento un suspiro a
tu corazón.
Desvanezco, me desaparezco,
aparezco y me quedo.
No me diluyo, me quedo estático,
vueltas sobre ti.
Voy contigo, me voy de ti, me
quedo por ahí.
Por ahí en tu mirada, en tu
sonrisa, en tus pensamientos.
Viajo en círculos en tu pelo, caída
libre como la noche.
Ojos que cambian, miradas que se
fijan.
Miradas que se roban,
sentimientos que no se compran.
Canciones que vienen y se quedan,
recuerdos que se van.
Olvidos que regresan, presencias
sospechosas.
Vuelvo al punto donde partí,
estás tú.
Me voy de donde no quiero volver,
estás tú.
Regreso y eres tú.
Me voy y estás tú.
Estás tú y no me voy.
Dos pasos adelante, uno atrás.
Que sean seguros los de atrás
para seguir de largo.
Evitar el círculo, poder avanzar.
Avanzar y luego volar.
Regreso a la noche y no me fui.
Siempre me quedé
Caminando sobre tus recuerdos.
¿Recuerdas que dije que daría una vuelta por la noche? De allá vengo, por tanto siempre estuve a tu lado.
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