Cae en la
tarde en medio de un caos.
Se asoma
lentamente una larga noche.
En la que cada
palabra se sentirá lejos.
Esperando a
que salgan lentas y sin reproche.
Sin poder
callar, mucho menos poder gritar.
Buscando las
palabras para poder hablar.
Silencios que
hacen parte de un plan.
Hasta poder
tenerte hasta el final.
Un final que
puede durar poco.
Un final que
puede durar mucho.
Un final sin
comienzo.
Un final tal
vez sin terminar.
No me culpes
por mis palabras.
Porque a nada
estarás amarrada.
Soy inocente
de plasmarlas.
Pero culpable de
dejarte sonrojada.
Sentir que el
camino todavía es largo.
Que caminar
cura ese corto letargo.
Que correr
sería asustarte.
Que asustarte
implicaría alejarte.
Olvida todo lo
hablado.
Desde que te
vi será más que pensado.
De poder verlo
realizado.
Mientras en
tus brazos me sienta descansado.
Quiero tener
toda la paciencia.
Hacerte sentir
única y eterna.
Hacer cada
paso a conciencia.
Desechar la
repetición de la pena.
No es fácil,
porque no eres así.
Hacer de este
reto una gran oportunidad.
Recompensa en
tus labios carmesí.
Premio perdido
entre las estrellas y su inmensidad.
Viajar y
perderme.
No volver a
encontrarme.
Siento que
eres ese laberinto escondido.
Donde quiero
sentirme siempre protegido.
Cayó por fin
la tarde.
El día apenas
empieza.
La noche con
su cielo oscuro.
Será la tinta
con que te encubro.
Solo es hoy,
apenas un día más.
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