Quise engañar mis palabras.
Pretendí alterar mis pensamientos.
Deseaba controlar mis emociones.
Solo conseguí pensarte como nunca.
No se puede callar lo que se grita por dentro.
Te escuché hasta en la brisa de la mañana.
Te sentí en las nubes de la noche.
Te veía en las lejanas nebulosas.
Aposte a no hablarte, terminé extrañándote.
Todas mis palabras se volvieron presencia tuya.
Aquello que no dije lo susurró la naturaleza.
Ahora qué, ahora no sé, ahora para qué.
Será que espero ambos gritos.
El de la naturaleza y el de mi humo.
Lograr que el cariño sea un rito.
Esperar que la noche me envuelva en tu pelo.
No puedo engañar lo que quiero gritar.
Te volviste aquello que percibo.
Lo que antes no veía, ahora lleva tu nombre.
Solo dime ¿Qué hago?
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