miércoles, 28 de enero de 2015

De nuevo

No puede ser que con lo mismo que escriba en twitter diga que no tengo tiempo para el blog. Seré un cabrón si digo eso. Sé que en una vieja entrada dije que twitter era para quienes no querían escribir tanto, no entendía eso de los 140 caracteres, pero hoy en día no es tan así.

Bueno, procedo a tocar varios puntos que no tienen relación entre sí en cada párrafo.

La envidia. Aquella que ahora todos creen que le tienen solo porque los critican, les señalan cosas o simplemente no le agradan a otro. ¿Quién les dijo que los envidian? ¿Acaso  todo el colegio no andaba pendiente del bobo del colegio esperando a burlarse de él? ¿Le tenían envidia acaso? ¿Querían ser como él? No señores, sean serios. ¿Creen que alguien te envidia ser hincha de un club o fan de un cantante? Peor aún ¿Crees que alguien te envidia por tener una cuenta de twitter o en cualquier red social? No seamos idiotas, señores. Digan que les tengan envidia cuando sean elegidos ejecutivos en una multinacional, que nunca se enfermaran o que nunca van a morirse. Pero no se crea el ombligo del mundo, deje de creer que lo envidian solo porque en ocasiones no hacen más que sacar a relucir su rimbombante estupidez.

Libre expresión. #JeSuisCharlie y no sé cuántas cosas más. Pero la socialbacaneria colombiana no resiste la libre expresión de personas, que igual me parecen nefastas pero con derecho a expresarse, como María Fernanda Cabal cuando muestra a los niños muertos; Fernando Londoño cuando lanza vivas a favor de Uribe en su programa radial. ¡Pero claro! Salir a defender lo que nos parece es mejor que hacerlo con lo que no nos parece. Cuando murió García Márquez, MaFe Cabal mandó al infierno al mismo y muchos saltaron, tachándola de irrespetuosa, que se había pasado, pero ¿Las caricaturas de Charlie Hedbo qué? Es algo selectivo, es quedar como políticamente correcto y lo más nefasto de todo: esa tragedia injustificable le sirve ahora a periodistas mediocres y vendidos para blindarse de las críticas.

La paz. Desde que la guerrilla de las Farc anunció el cese al fuego unilateral, los defensores de los diálogos nos demostraban lo que era vivir en paz, que disfrutáramos de esos días en que íbamos a conocer la PAZ VERDADERA y lo que se vendría después del conflicto. Sí, no se oyen tomas a pueblos, pescas milagrosas y ataques a la población civil. Pero siguen campantes: extorsiones, sicariato, corrupción, el sistema de salud cada vez peor. Y ocurre una tautología muy extraña, cuando la salida militar se mostraba como salida, se decía que el ÚNICO problema del país no eran las Farc y la paz no dependía de eso. Ahora que ven a las Farc sentadas, diciendo que su cese al fuego era empezar a ver el país en paz sin tener en cuenta las otras variables. ¿Por qué tan acomodados? ¿Por qué se agarran hasta de un papel untado con mantequilla? Sean serios.

Cinderella – Coming home.
Bon Jovi – Runaway.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Por favor sigue escribiendo...