miércoles, 1 de agosto de 2007

Hace Exactamente Siete Años


1 de Agosto del 2000, fue sin duda uno de los momentos más tensionantes pero, a la vez, uno de los más felices que he vivido. Fue mi primer día en la universidad, fue mi encuentro con mi verdadera vocación, con lo que realmente nunca me daría pereza hacer, a diferencia del colegio, era lo que realmente me gustaba, a lo que ya le dedicaba tiempo antes de formalizarlo. A los 16 años fueron mis primeros acercamientos teóricos sobre la profesión, ya desde ese momento se afinaba mi puntería sobre mi vocación profesional, aunque ya desde niño se me había metido el bichito de la carrera. Pero lo que mas me llama la atención sobre esa escogencia, fue que precisamente no estaba muy bien orientado, desde el punto de vista científico de la carrera, de hecho alcancé a creer, a mis 12 años, todas las pendejadas de Brian Weiss que me hacían cavilar en mi pueril mente varias preguntas relacionadas sobre todas las patrañas que decía ese viejo en ese agridulce año de 1995 en pleno apogeo de una novela llamada “La Otra Mitad Del Sol”. Mas sin embargo esa credulidad se ha reducido considerablemente hacia casi todo, incluso hacia lo que yo mismo pueda llegar a afirmar o pensar.

Siguiendo con ese día, no es que me haya levantado del mejor ánimo posible, no porque no quisiera ir, sino porque me desvelé por andar empeliculandome el día anterior sobre lo que iba a ser ese día. Creo que me quede dormido pasadas las 2 a.m., eso creo, porque cuando vi la última vez la hora en el celular eran las 1:50am y de ahí un momento mas hasta que me levanté. Era una calida mañana de martes, como cosa rara en Barranquilla, me vi en el espejo y me dije “Bueno, ya esta vaina será diferente”, eso sí, me levante con un mareo ni del hijueputa, con ganas de vomitar, pálido, como si de por sí no lo fuera, y con una cara estilo Giovanni Hernández, de tragedia, como si me fueran a fusilar. Mientras mi papá me esperaba impaciente en el carro, como pensando, eso creo yo, “No Joda, mínimo ya va a empezar con las mismas vainas que cuando estaba en el colegio” pero no! Me estaba demorando porque estaba echando la vomitada del siglo, no se porque me dio tanta ansiedad. En fin a las 6:40 a.m., Salí de la casa y me monté en el carro, llegué a las 7:00 a.m., mientras estaba llegando lo único que pensaba era “Ay jueputa, ojala y no sea el primero en haber llegado” y precisamente no fui el primero en llegar, fui el tercero. Conforme pasaba el tiempo sentado en la cafetería veía llegar a la gente, otras personas, me sentía como si estuviera en otra ciudad, donde nadie me conocía y esas cosas. A pesar de haber llevado consigo medio paquete de Marlboro, no me atrevía a fumar debido a que no quería vomitar delante toda la gente en mi primer día de universidad…eso ni de fundas!!.

A eso de las 9:00 a.m., sale el vigilante paseándose por todo el bloque de la facultad diciendo…”Los de primer semestre de xxxxxx, pasar al salón 206”, erda ya me tocaba el nuevo roce en una jungla diferente, siempre pendiente que no me fueran a boletear en el primer día, pero eso se acabó al llegar al mencionado salón 206. Éramos como 50 personas, estaban presente la Decana de la Facultad, y dos profesores, las formalidades, el saludo, y finalmente la presentación de cada uno de nosotros, presentía algo en el ambiente, como si esa vomitadora antes de irme tuviera algún significado empírico, y preciso asi fue. Se levanta la decana y dice “¿Quien se quiere presentar de primero?”, uy todo el mundo viéndose las caras de recién salidos del bachillerato, pero cuando dice “A ver el rubio, preséntese”, me hice el bobo y mire a todos los lados con la esperanza que se estuvieran dirigiendo a otra persona, pero no, otra vez volvía a ser la única persona rubia en un salón de clases y me toco levantarme y presentarme, jamás se me va a olvidar ese momento de confusión, de ser otra vez aquella cara que un profesor no olvida, independientemente del rendimiento académico o disciplinario que haya tenido, y así sucesivamente se fueron presentando todos los demás. Pero claro, también la mirada se me dirigía hacia las nuevas niñas que había conocido, en especial a una, que solo llego a segundo semestre, pero cuando le caí ya estaba ocupada. Conforme pasaban esos primeros días me acuerdo de lo que me costaba quedarme despierto en las clases de la tarde, que me hacia falta patear un balón y correr en una cancha de fútbol, y empezar a encaminarme, sin retorno, al sedentarismo.

Algo de lo que podría dar fe, según mi propio criterio, es que la Universidad fue totalmente diferente al colegio, en el colegio casi todas las materias me fastidiaban, casi todos los profesores me causaban repulsa. En cambio en la universidad, un ambiente mas liberal, mas de debate, donde nunca escuché “Joven, sino viene con el cabello corto no puede entrar”, donde me podía meter horas y horas en la biblioteca sin andar pensando en que me la fueran a montar y esas otras pendejadas. Otra cosa, en la universidad entraba al salón porque me gustaba lo que iba a escuchar, era lo que realmente me gustaba, donde en la prueba de estado de la educación superior me fue divinamente, en comparación al 257 del ICFES que hice en el 99, en las ECAES, de doce componentes evaluativos saqué 10 con puntuación Alta y dos con puntuación Media, es que ya era lo que realmente aprendí y me gustaba aprender, no lo que me tocaba aprender como en el colegio.

Y si, a pesar de todo eso fue un día que marco una época muy chévere, de poquitos tropiezos, incluso, de amistades iguales a las del colegio. De nunca haber bajado la guardia, y de seguir diciéndole a los que me dieron clases PROFESORES porque nunca dejarán de serlo, asi llegara a tener un Phd siempre ellos tendrán un paso delante mío, y por eso nunca dejaré de aprender de ellos cada vez que las circunstancias así lo disponga. En comparación a la partida de guiñapos y gandules, en su gran mayoría, que me dieron clases en el colegio, de los cuales aprendí de la manera en que NO se debe tratar nunca a un estudiante.


Pdta. El personaje de la foto es Fabián Gallardo, del por qué la puse, sencillo, mientras iba en el carro con mi papá, ese día, estrenaban una canción de el titulada “Estoy Hablando De Ella” y automáticamente relaciono esa canción con ese día, incluso pensé que la cantaba Fito, pero no, incluso dijeron que el había sido músico de Fito por algún tiempo.

5 comentarios:

K dijo...

Yo recuerdo mucho un grafiti hecho a boligrafo en el baño de mujeres de la facultad que decía, SEÑORITAS PRIMAPARAS BIENVENIDAS, EL PROXIMO SEMESTRES NO SERAN, NI LO UNO , NI LO OTRO.
Y asi fué, jajaja.

Srta. Kafetina dijo...

Que exito.. No pues conexión y media!!! Qué nota como lo contás se nota que extrañas mucho eso.. o me equivoco? Yo por mi parte iré a ver clase de mteodología.. entonces cuidate y un abrazo :D

Anónimo dijo...

El primer día en la Universidad bueno realmente fue muy tranquilo, normalmente cuando uno llega y no conoce nada viene con esa idea de películas e historias de universitarios avanzados de que te hacen la broma por primiparo, lo que me hizo tener algo de preocupación por lo que preferia buscar los salones solos, pero bueno no me paso nada.

Estuvo gracioso lo de cara estilo Giovanni Hernandez....jejeje
Saludos

Redacción ArtBook dijo...

Eso fué lo que pensé tambien: "Ay jueputa, ojala y no sea el primero en haber llegado” jajaja..me sorprende que sea tan común...

Estaba escuchando Mr Brightside de The Killers mientras leia y pues,el ritmo de esa cancion ayudo a la leida porque asi me acorde del primer dia del colegio y del primer dia de la U.
A mi si me hicieron la broma de primiparos´, porque me dijeron que el baño de tal parte era el de mujeres y no, era de los hombres,cuando entré me pregunté "y esa alberquita pá qué?"...

Me encanta recordar con sus textos y eso que apenas entré el año pasado.!

El comentario de Katho, sobre el graffiti...es muy popular o estamos en la misma U?? XD sea lo que asea, tiene razon el bendito graffiti...

Nowhereman dijo...

Esos primeros dias de universidad en los que uno llega con todas esas espectativas e idealismo, tambien prejuicios y hasta temores... aunque me resulta jarto escuchar todas esas personas que estan terminando sus carreras o ya terminaron hablando con esa nostalgia del pregrado y de lo bien que la pasaron, pues hay quienes en realidad, no la pasamos tan bien, claro, independiente del conocimiento y todo eso.

Yo me acuerdo mas del dia que me echaron de la universidad... me va a tocar hacer un post sobre eso...