Tanto la derecha como la izquierda en
Colombia está compuesta, en su mayoría, por personas de poco criterio, es
decir, son personas que necesitan atarse a un dogma para poder decir algo,
incluso si está en contra de su moral propia. Lo digo, porque en Colombia hay
un sector experto en analizar cada relación de un servidor público para
adjudicarle, casi siempre, aspectos negativos. De eso no se ha salvado nadie,
ni el ex-presidente Uribe, cuya familiaridad con ciertas personas no quiere
decir nada, el sólito fue un irregular presidente. José Obdulio
Gaviria, al cual solo le empezaron a decir "el primo de Escobar"
cuando empezó a tener eco en la opinión pública, antes de eso, solo fue un
guiñapo más, sin dejar de ser en la actualidad un guiñapo.
Uribe no fue un
incompetente en muchas cosas (Basta ver el Plan 2500 de vías que le quedó
enorme hacer) por su árbol genealógico, esas son criticas de mala fe, mal
intencionadas, uno no escoge ni su familia, ni sus apellidos. No soy uribista,
pero trato de conservar mi criterio, y adjudicarle siempre lo malo a una
persona por razones de filiación o de relaciones sociales de sus amigos, es
algo que realmente no tiene validez alguna, independiente de a quien le digan
esas cosas y Uribe no es la excepción, es un mortal como usted y yo.
Dejando en claro
lo anterior, me puse a la tarea de imaginar si llego a ser presidente,
congresista o llegar a ocupar cualquier cargo importante de servicio para mi
país. En la actualidad, puedo decir, que soy un don nadie, un indio de provincia
patirrajao sin figuración alguna, para los medios actuales soy uno más y para
las mujeres un maluco más. Si llego a ser presidente (Principal cargo del
país) automáticamente pasaré a ser el mejor estudiante de mi colegio
de boca de la dueña del colegio, contaran anécdotas que nunca viví,
dirán por mi barrio que fui un gran vecino ejemplar (A los que ni saludo hoy en
día) que siempre vieron en mi a un prominente político, y no faltarán las
que digan "Él siempre fue el más atractivo de la clase" es decir, nacerán nuevos
halagos derivados de tener un poder. No nos hagamos pendejos, eso es así.
Mis
contradictores, buscarán en mi árbol genealógico para sacar cualquier
defecto o parentesco. Tal vez dirán que fui el mejor amigo de los que
salieron delincuentes en el colegio, solo por estar en la foto del grado. Dirán
que si uno de ellos llegó a ser narcotraficante, entonces por ende fue amigo mío,
y dirán que fui yo quien lo impulsó a meterse en ese negocio. Mis oponentes
tendrán en mi boleta de notas de tercer periodo de 1999, un
inmejorable arma para demostrar que soy un corrupto solo por haber perdido el
logro de disciplina, lo mejor de todo es que mi colegio (que ya no existe) de
manera sorpresiva le dará a mis opositores mi boleta de notas de esa fecha.
Siguiendo con mis
opositores, los cuales no perderán oportunidad alguna para joderme,
visitarán los sitios aledaños a la universidad, para decir que el actual
presidente fue un chico que tomaba alcohol y fumaba todos los viernes ¿Se
imaginan haber cometido ese crimen? el actual presidente fue un borracho y un
fumador, tal vez eso llegue a costarme el puesto. Si llego a ser presidente,
adjudicaran un retraso a un evento importante, solo porque una vez entregué mi
tesis dos horas después del plazo, entonces en confabulación harán ver que
violé, por el tope de entrega de la tesis (El cual la directora lo
permitió), invalidando completamente mi título profesional, el cual hoy en día
está regulado con todas las de la ley, pero si llego a ser presidente, todo
cambiaría.
Si llego a ser
presidente, dirán que soy una persona belicosa y amante de la guerra, solo
porque de niño en el colegio me di trompadas por mucho que me molestaban.
Entonces como ya soy presidente, usarán mi conducta de legítima defensa de niño,
como una actitud política que buscaría constantes guerras con
los países vecinos, lo que por arte de magia, entre la prensa y mis
opositores me convertirían en un potencial Hitler.
Si llego a ser
presidente, usaran en mi contra, casi desconocido para mí, el segundo apellido, del cual solo sé que fue del
papá de mi abuelo materno, de cual nunca se supo más. Pero no, al ser
presidente, buscarán en bases heraldicas y por arte de magia,
me convertirán en bisnieto de cualquier soldado de las Waffen SS o de
cualquiera, seré un nazi más. Entonces ahí si ya dejo de parecer un indígena
chibcha, para ser un teutón por parte de mis opositores y parte de la prensa,
ya dejo de ser un indio patirrajao, para ser un descendiente de un soldado
nazi. Todo por arte de magia.
Viendo jocosamente
lo anterior, desisto de toda aspiración presidencial, porque si me van a tumbar
de cargo, que sean por actos derivados del abuso de mi poder como presidente,
pero con eso mis opositores negociarán conmigo porque ellos también rabo de
paja. Por tanto buscarán tumbarme por cuestiones ajenas a mi ejercicio del
poder, como suele suceder en muchos casos acá en el país del sagrado corazón.
1 comentario:
un par de minutos de ocio convertidos en una disertación nacional. muy bueno
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